Extracto resumido de mi libro “NOSOTROS EL REBAÑO”

El concepto de “Libertad” es heterogéneo y múltiple. Ser libre no es solo no ser esclavo, en la denotación de no ser propiedad de otro. También implica no estar sujeto a otros tipos de coerción, y poder elegir libremente, con el único límite a mi libertad individual de la libertad de los demás, y de lo que yo decida en política, junto con lo que decidan los demás, se condicionará mi grado de libertad.  Basta recordar a Rousseau, cuando afirmaba que “El hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado”.

Hay demasiados condicionantes como para establecer un único concepto de libertad. Unos son fortuitos, como el lugar en el que se nace, (Una Dictadura o una Democracia), otros son leyes de la física (Puedo ser libre de querer volar, pero carezco de alas), otros son circunstanciales (crisis económicas, guerras…,), o una conjunción de varios condicionantes, como que en un momento determinado gobierne un partido de una ideología o la contraria.

Hobbes definió la Libertad como «La ausencia de oposición o impedimento externo a que una persona haga lo que quiera en virtud de su propia fuerza o ingenio»; entendido como la autonomía de actuar con independencia de los dictados de la razón o las leyes o, al contrario, conforme a dichos dictados; una línea de pensamiento que acabó cristalizando en lo que hoy se conoce como 'Libertad Negativa', (o derecho negativo), en cuanto que niega coacción o denota su ausencia. En otras palabras: "Lo que no está prohibido, está permitido".

La 'Libertad Negativa' se identifica como el sustento del Neoliberalismo y la justificación de un 'Estado mínimo', una mínima intervención en la vida social y la única misión de garantizar la libertad del individuo, enajenándose de cualquier otro objetivo; el paraíso neoliberal donde el Estado tiene acotada toda intervención en lo que se conoce como 'Los Mercados' que, al carecer de regulación, pueden ejercer sin cortapisa su predominio sobre el individuo.

En contraste, (que no en oposición), 'Libertad Positiva' es el derecho del individuo de ser libre por su propia capacidad para determinar sus decisiones en base a una alta formación y autorrealización.

En la 'Libertad Negativa' nadie impide el ejercicio del libre albedrío; en la 'Libertad Positiva' éste se ejerce por la suficiente formación personal, autoconocimiento, responsabilidad en las acciones y la capacidad personal para llevarlas a cabo. Se explica fácilmente comparando a un niño con un adulto. A un niño no se le puede permitir ver pornografía, pero un adulto es libre de verla porque se le supone la suficiente formación personal, entendimiento de sí mismo, responsabilidad y consciencia de sus acciones y la capacidad personal para realizarlas.

Y esa consciencia de la propia responsabilidad, autodirección e independencia, sin más control que un altísimo grado de madurez personal, acerca el concepto de Libertad Positiva a la utopía, como algunas sociedades planificadas y totalitarias, basadas en una pretendida superioridad moral y ética de su concepción social, ¡Es el concepto que subyacía en lo que se denominó 'Nuevo Hombre Soviético' de la antigua URSS! que daba por supuesta la superior capacidad personal de sus individuos, justificando la represión de la Libertad Negativa en aras de la Libertad Positiva.

Ambos conceptos de “Libertad” están en continua colisión con otros valores, como la Justicia, la Igualdad, los Derechos Humanos o incluso el Orden Público, lo que hace ineludible un Estado firme pero equilibrado, capaz de arbitrar en tales conflictos, sin excederse nunca y sin coartar la autonomía individual, origen de todo derecho.

A veces, el Estado no consigue o no quiere mantener el necesario equilibrio entre 'Libertad Negativa' y 'Libertad Positiva' y del desequilibrio surge el totalitarismo, ya sea de izquierdas (Las repúblicas china, norcoreana, islámica…, etc.) como de derechas (Los Mercados Financieros y los oligopolios de sus multinacionales), justificando sus arbitrariedades en aras de supuestos valores sociales más elevados (Un supuesto destino común en el primer caso, o la cuenta de resultados en el segundo).

En la búsqueda de este equilibrio, la Ley establece reglas que restringen la Libertad Negativa individual, como forma de equilibrar la libertad, (positiva y/o negativa), del resto de individuos. Es la consabida frase de “mi libertad acaba donde empieza la libertad de los demás”, y son estas reglas, en interacción con las circunstancias sociales, políticas, económicas y personales, las que alumbran otro tipo de libertad que es conocida como 'LIBERTAD REAL', un concepto que carece del sesgo filosófico de los anteriores y es más fácil de comprender.

El término 'Libertad Real', fue acuñado por el filósofo, político y economista Philippe Van Parijs, quien, partiendo de la noción de Libertad Negativa, incorporó aspectos, recursos y capacidades a las elecciones que puede ejecutar el individuo en su vida.

No basta con que nadie nos impida ejercer nuestra libertad (libertad negativa), y tampoco es suficiente que contemos con los requisitos personales de cualificación y autorrealización (Libertad Positiva). Se precisan también los recursos, capacidades y circunstancias necesarios para que realmente podamos llevar a cabo lo que nuestra libertad de elección nos propone.

Usted puede elegir libremente cenar en un restaurante de cinco tenedores y en el marco de la Libertad Negativa nadie se lo va a impedir. Pero si carece de medios económicos para pagar la cuenta, en realidad carece de libertad para elegir cenar en él, al no cumplirse la condición segunda, de poseer los recursos, circunstancias y capacidades que complementan la libertad negativa.

Buscando eludir estos requisitos, podríamos elegir ir al restaurante, cenar opíparamente y luego elegir no pagar; pero ya hemos dicho que, en la búsqueda de equilibrio, el Estado establece reglas que restringen su Libertad Negativa para proteger la libertad de los demás. En este caso, del derecho del restaurante a cobrar la cena.

Y si la asociamos con la Libertad Positiva, por su sentido de autorrealización, usted puede decidir dedicarse a la música, pero si la Naturaleza le ha privado del sentido de la armonía, su acto de libre elección será fútil.

Así pues, la Libertad Real va más allá de la Libertad Negativa o la Libertad Positiva y les añade a ambas el requisito de la 'Posibilidad', matizado por una graduación de muchas contingencias de muy variada índole en cada caso.

El individuo no es sólo 'libre' o "no libre", sino 'más libre' o 'menos libre' en función de las circunstancias. ¡La realidad se impone a la filosofía con la Ley como herramienta que regula esa relación y establece limitaciones y condiciones que habrán de restringir la libertad Negativa o atemperar la Positiva!

Por centrar las consecuencias, volvamos a la cena en el restaurante de lujo y pregúntese: ¿Qué prefiere… que hayan muchos restaurantes de lujo o que usted pueda permitirse entrar alguna vez en uno de ellos?

Y hágase esta otra pregunta: ¿Cuándo sería usted más libre? ¿Cuándo hubiera muchos restaurantes caros, o cuando usted pudiera permitirse entrar en ellos?

Y una última pregunta más… ¿Qué clase de libertad le pediría usted a su Estado? ¿Libertad Negativa? ¿Tal vez, Libertad Positiva? ¿O preferiría que le asegurase mayor Libertad Real y al menos una cena de lujo al mes?

Ahora, traslade esos ejemplos a la Educación, la Sanidad o las Pensiones y dígame si prefiere que hayan muchos hospitales, colegios y universidades, y planes de pensiones privados a los que su salario no le permite acceder, o prefiere unos sistemas públicos de Sanidad, de Educción y de Pensiones, limitados pero de calidad y a los que pueda usted acceder