Un Rincón para pensar
Tendemos a pensar que el mayor nivel de riqueza e industrialización de Cataluña se debe a que los catalanes son diferentes. ¡Todo lo bueno procede de ellos, mientras que todo lo malo viene de fuera, principalmente al grito de "España nos roba"! Ellos no se cansan de hablar de lo que llaman “Hecho diferencial”, y de asociar esa entelequia al éxito de su región.
La diferencia consiste en que el Estado ha tratado a Cataluña como parte suya y como tal, no ha competido contra este territorio, sino que, al contrario, como parte del Estado estratégicamente situada, la ha potenciado y además, la producción de un territorio nunca es mérito exclusivo suyo.
El "Estado-Nación", entendido como el conjunto de Territorio, Nación, Estado y Ley, ha sido suficiente para colmar las necesidades personales y las relaciones sociales extrafamiliares, para la mayoría de las personas en todo el Mundo, durante generaciones, excepto, como siempre, para las minorías nacionalistas que florecen en todas partes, allí donde prevalezca un subdesarrollo de la cultura ciudadana.
Uno de los logros de la psicología en el estudio y comprensión de las culturas y las sociedades es el de explicar de forma plausible la relación existente entre mente y cultura; entre lo que nuestra psique construye por las emociones y lo que es construido con la lógica y la objetividad.
Lo que nuestra psique construye emocionalmente se relaciona con lo que los griegos llamaban el "Ethnos" (Lugar de un grupo étnico). El Ethnos es un factor importante de supervivencia tribal y aporta ese sentimiento de pertenencia al grupo, que nos ayudaba a tomar decisiones rápidas cuando no teníamos tiempo de analizar y que ha ayudado a la supervivencia de la especie.
Por el contrario, para la psicología cultural, el factor civilizador de mayor trascendencia es el Demos, que lo contextualiza todo y encierra aquello que la mente construye conscientemente, dando origen a la cultura política de ciudadanía e integrando al individuo en la sociedad.
La diferencia entre ambos es la que va de un estado muy parecido al estado natural, salvaje e incivilizado de la prehistoria, hasta alcanzar la evolución al Estado Civil, donde el individuo cede su derecho a comportarse según le venga en gana, a cambio de que la sociedad le defienda y le dote de la ciudadanía y de los derechos civiles.
El Ethnos prescribe qué hacer, cómo, cuándo y con quién., envuelve al individuo en todas sus actividades e invade su capacidad de toma de decisiones, obligándolo a mantener los signos y las líneas de pensamiento internos propios del grupo o etnia: cómo vestir, como comer, como relacionarse o con quien convivir, mientras que el Demos es liberador pues solo restringe nuestra libertad estableciendo como límites, la libertad de los demás, pero te permite todo lo demás.
Mientras el Demos establece una unión entre el Derecho y el Territorio (“Ius soli”), el Ethnos asocia el derecho a la tribu; a la familia (“Ius sanguinis”). Una sociedad que da prioridad al Demos, considera a todos los que comparten territorio, iguales en derechos, sin límites para expresar sus diferencias, propiciando que surjan divergencias y modificaciones sociales y se alcancen avances en todas direcciones… ¡Se evolucione! Es más mestiza, menos racista, más abierta, evoluciona a mayor velocidad y se moderniza y lo que es más significativo, al no haber segregación, todos pueden compartir metas comunes con mayor facilidad. Cuantos más se sumen a la consecución de unas metas, más fácilmente se consiguen y más altas metas pueden ser abordadas. De Demos, proviene Democracia, el Demos significa igualdad, nación, educación por la escuela, cabida para todos, occidentalidad, civismo…
Del Ethnos en cambio deriva “Etnia”, palabra que inevitablemente asociamos a "guerras étnicas". Guerras en el centro de África, como las de los Tutsis y los Hutus en Ruanda, o las de los Kabila y los Mobutu en el Congo; guerras en los Balcanes, guerras entre suníes y chiíes, guerras entre palestinos y judíos… ¡Guerras de etnia contra etnia! El Ethnos es esgrimir la tradición y la emoción como hecho diferencial, es defender lo difuso frente a los límites claros de la ciudadanía y la democracia. Es dar prioridad a la sangre, la familia, el pueblo, por encima de la verdad, lo objetivo, la ley.
La tendencia de las ciencias políticas identifica el Demos con el universalismo y con la igualdad formal. Y por contraposición, al relegar a segundo plano todo lo anterior, el Ethnos representa en sí, el particularismo, el parentesco, lo local… ¡Lo excluyente, lo paleto y la autoexclusión!
Comentarios recientes
30.10 | 09:14
Magnífico relato.
05.10 | 04:27
Buenas tardes, encantado de saludarte. Soy Jose
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18.07 | 12:59
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Hace mucho tiempo que dejé de ser demócrata ¡Nadie hoy día tiene ni puñetera idea de lo que es la democracia, en qué se fundamenta y cuáles deberían ser las reglas para que la democracia fuera aceptable!
En la democracia helena las reglas no eran las de ahora y extrapolarlas nos lleva a un “totum revolutum” disparatado y a unos sistemas que llamamos democráticos pero que nada tienen que ver con la idea original.
La justificación filosófica de la Democracia nos la daba Sócrates, quien sostenía que BIEN es igual a VERDAD, mientras que MAL es igual a IGNORANCIA. Que buscamos la felicidad con la esperanza de llenar un vacío que no comprendemos y que el ignorante intenta llenarlo con satisfacciones efímeras y pasionales que sólo se consiguen en lucha contra otros, lo que acaba propiciando que surja el MAL...(¡No existe satisfacción más pasional que la sensación de ostentar el poder del sillón…!)
Sin embargo, la VERDAD es única y la misma para todos, sólo alcanzable con el razonamiento lógico y la comprensión de lo que nos rodea, y quienes logran alcanzarla son igualesentre sí”; de donde deducía que "sólo somos libres entre IGUALES" y concluía que no podía haber una clase gobernante, pues deberían gobernar todos los iguales por igual.
Esos"iguales", sin embargo, no son todos los ciudadanos, porque la igualdad a la que se refería Sócrates no es la igualdad para elegir o ser elegidos, sino a la igualdad en la sabiduría, por lo que solamente aquellos capaces de comprender con lógica aquello que nos rodea tendrían legitimidad para votar.
En la Democracia Griega, no votaban todos los ciudadanos, sino solamente aquellos que se ganaban ese derecho con sus intervenciones en el ágora y aun así Platón advertía que solamente se alcanzaría un gobierno justo cuando el gobernante fuese filósofo, es decir, alguien por encima de la media que votaba en el ágora. ¡Es la utopía de las sociedades justas, gobernadas por reyes filósofos, (O cuando los filósofos fueran elegidos reyes)!
Esa forma de gobierno se llama “Politeia” y tanto Sócrates, como luego Platón, Aristóteles y más tarde Polibio, denominaban la Democracia como “Oclocracia”, que literalmente significa Gobierno de la Muchedumbre Inculta. ¡Mientras la politeia se basaba en el gobierno de los más sabios, la democracia era el gobierno mediante decisiones de una turba ignorante!
Platón describió la Politeia en una obra que desgranaba esa idea de gobierno de filósofos y cuando los romanos la tradujeron al latín, como quiera que trataba de una forma de gobernar…, de gestionar lo público, tradujeron el título como “Res Pública” (La cosa pública); siendo ahí donde nació el nombre de su famosa obra “La República”, en la que aparecen el famoso “Mito de la caverna” o el “Mito del Superhombre” (mucho antes del superhombre de Nietzsche).
Los griegos, como buenos matemáticos, herederos de los sumerios, sabían que todo cuanto se decide por mayoría se rige por las leyes de la media aritmética. Las mayorías no eligen lo mejor, sino lo que la media cree que es mejor y la media, por propia definición, es “mediocre”. Luego, elegirán matemáticamente una solución mediocre; nunca la mejor solución, cuyo vislumbramiento solamente alcanzarán los sabios. (Sabio = BIEN, mientras Mediocridad = MAL).
El Pueblo suele ser una muchedumbre formada por individuos que, aisladamente, pueden ser listos o torpes, tontos de remate, medio listos o listos del todo, pero que en masa no son más que una multitud reaccionaria y falta de preparación, cuyas emociones siempre predominarán sobre la razón. Y bajo el principio de que la mayoría es mediocre, mientras que una persona, individualmente puede ser inteligente, a un individuo inteligente y demagogo le basta con seducir a la masa electoral mediocre con promesas incumplibles y argumentos faltos de toda lógica, apelando a los prejuicios y las pasiones, hasta conseguir formar una mayoría electoral injusta e irracional que entrega su voto a políticos indecentes y sin escrúpulos que parasitan la sociedad.
Johann Christoph Friedrich Schiller decía que los votos no deberían contarse, sino que deberían pesarse en función de la formación e inteligencia de los que votaban y que era sabido que la inteligencia siempre había sido cosa de pocos. En España es aún peor pues, como decía MACHADO, de cada diez cabezas, una piensa y nueve envisten. Así que me niego a ser muchedumbre inculta. Me niego a conformarme y ser cómplice de una estafa tan descomunal. Me niego a ser Rebaño.
¡Ah, y otra cosa antigua...de Sócrates...! "Justicia es dar a cada uno lo suyo". ¡Dar a todos lo mismo no sólo No es Justicia, sino que, además, tampoco es justo! ¿Se imaginan que en un instituto dieran a todos los alumnos la misma nota, independientemente del esfuerzo que realizaran para aprender...? ¿Que la nota media de la clase fuera de 6 y le pusieran esa nota a los que suspendan con un 2 y a los que aprobaron con un 9? Entonces..., ¿Por qué están convencidos de que en nuestra sociedad, lo justo es que quien no se esfuerza se aproveche de quien sí lo hace?
Por supuesto que respeto las leyes de la sociedad en la que vivo, pero no me pidan que haga míos sus dogmas, porque están basados en mentiras, errores y analfabetismo político y sociológico, en el desconocimiento de la Historia y de lo que significa la VERDAD y su importancia en el factor IGUALDAD, Igualdad para elegir e igualdad para ser elegido; para ser iguales ante la Ley, pero, sobre todo, la incapacidad de la mayoría para distinguir entre "Iguales" e "Igualdad ante la Ley".
En definitiva, son muchas las razones para decir que...¡HACE MUCHO QUE DEJÉ DE SER DEMÓCRATA!