Un Rincón para pensar
¿NACIÓN CATALANA...? DIFERENCIA ENTRE NACIÓN Y ESTADO-NACIÓN
(Extracto de mi libro "El verdadero caso de los catalanes")
Hubieron de acontecer muchísimas calamidades, guerras y otras vicisitudes para que llegara a establecerse un primer Estado Democrático, principalmente a causa del predominio del Ethnos. Tan solo el nombre que recibieron algunas de estas guerras espeluzna (Guerra de los Cien años, Guerra de los Ochenta años, Guerra de los Treinta Años).
Dos tratados firmados en Westfalia en 1648, pusieron fin a la Guerra de los Treinta Años en Alemania y a la Guerra de los Ochenta años entre España y los Países Bajos. Es lo que se conoce como La Paz de Westfalia.
Con tan sólo lo que representa el fin de dos contiendas de tal envergadura, da idea de lo enmarañado y a la vez importante que fue este hito histórico, su complejidad, las personas que hubieron de intervenir, su número y su relevancia.
La Paz de Westfalia fue el primer congreso diplomático moderno e inició un nuevo orden en Europa en el que nació el concepto de "Soberanía Nacional", estableciendo el principio de que la integridad territorial es el fundamento de la existencia de los Estados, frente a la concepción feudal de que territorios, pueblos y religiones constituían un patrimonio hereditario.
Modificó las bases del Derecho Internacional para impedir a unos Estados imponerse a otros y las ideas francesas que exaltaban la razón de Estado como justificación de la actuación internacional triunfaron. Se estableció el principio de soberanía territorial, el principio de no injerencia en asuntos internos y el trato de igualdad entre los Estados independientemente de su tamaño o fuerza… ¡Se estableció el Estado-Nación!
Pero esos Estado-Nación, aún seguían bajo soberanía de un individuo. A la Paz de Westfalia hubieron de sumársele otras circunstancias para que la soberanía pasara del príncipe al Pueblo. Hicieron falta cuatro Revoluciones: La Revolución Burguesa, la Revolución Industrial, la Revolución Francesa y la Revolución Liberal, y con ellas, los poderes del Estado fueron asumidos por organismos surgidos de consultas a la población en una quinta revolución: La Revolución de las Colonias Americanas.
Pero es a la hora de organizar un Estado-Nación, cuando debemos prestar especial atención para discernir los matices que diferencian un concepto de otro. El Estado–Nación puede organizarse de varias formas; desde el centralismo más acusado, pasando por la Federación de Estados, las confederaciones, o nuestras propias Comunidades Autónomas, entre otras formas; siempre y cuando conformen un único Estado.
Todas las formas anteriores valen, pero todas han de alcanzar una serie de atributos propios de un concepto llamado “Estatidad” que los Estados van adquiriendo con el paso del tiempo, cuyas características son: Capacidad de externalizar su poder, el reconocimiento de otros Estados, capacidad de institucionalizar su autoridad mediante la creación de organismos de coerción como Fuerzas Armadas, Policías, Tribunales, escuelas, etc., capacidad de controlarlas diferenciadamente con un conjunto de instituciones profesionales y específicas, en especial las dedicadas a la recaudación de impuestos y capacidad de crear símbolos generadores de pertenencia interna, como himnos y banderas propias y diferentes a los de otros Estados.
Existen otros atributos que no solamente son propios de los Estados, sean estos centrales, federales, confederados o autonómicos; sino que los distinguen de otras instituciones. Estos atributos son: Funcionarios, Burocracia, Monopolio Fiscal, Ejército permanente, Monopolio del uso legítimo de la fuerza para asegurar el orden interno, División de Poderes (El Poder Legislativo crea leyes obligatorias, el Poder Ejecutivo controla su cumplimiento con el uso de mecanismos coactivos y Poder Judicial las aplica y ejecuta con el uso de la fuerza legítima).
Y a todo lo anterior, hay que añadir, lo más sustancial e imprescindible; es decir: El Territorio, la Población y la Soberanía.
Territorio: como límite geográfico que alcanza a mares, ríos, lagos, espacios aéreos, etc., claramente delimitado y como factor que lo distingue de Nación.
Población: como sociedad sobre la que se ejerce el poder de las instituciones del Estado.
Y Soberanía: que referida al Estado, es la facultad de ser reconocido como la institución de mayor prestigio y poder dentro de un territorio determinado. Y en el ámbito externo o internacional, limitada por el Derecho Internacional, los organismos internacionales y el reconocimiento de los demás Estados.
De la Paz de Westfalia surgió el concepto de Estado-Nación, que no debemos confundir con el término "Estado nacional", que suele utilizarse de forma indistinta, aunque, repito, no es lo mismo.
Nación es un término abstracto. En sentido lato, se emplea con muchos y variados significados: Estado, país, territorio, etnia, pueblo, habitantes, etcétera. Hay Estados que consideran que están formados por una sola nación, (Ej.: Francia). Otros, han surgido de una idea romántica, casi mitológica, tras un proceso de reunificación, como Italia o Alemania. Hay Estados con múltiples idiomas, religiones o grupos étnicos dentro de ellos, como Bélgica o Suiza, Estados Unidos o Reino Unido, constituido por cuatro naciones, Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales, todas con una gran conciencia nacional, que no impide que predomine el sentido de lo "british".
Y por el contrario, hay naciones sin Estado o que directamente se extienden a lo largo y ancho de varios Estados; como la Nación India (en EE. UU.), la Nación Gitana, la Nación Kurda y, hasta la creación del Estado de Israel, la Nación Judía.
Así, pues, sentir que se es una nación por poseer una cultura peculier o ser de una etnia, no es una característica que defina en sí el derecho a constituirse en Estado, mientras que, por el contrario, el Estado-Nación deja al margen el Ethnos feudal y se fundamenta en el Demos, asumiendo un nuevo orden social nacido de esas cuatro revoluciones, Industrial, Francesa, Burguesa y Liberal.
Fue un proceso lento, largo y doloroso, cuya evolución se puede rastrear desde la "República" platónica o la "Politeia" de Aristóteles, hasta su maduración en 1789 con la Revolución Francesa.
De lo anterior, con todo el respeto para los catalanes, su cultura, sus peculiaridades y demás, se desprende que Cataluña y los catalanes no son ninguna nación, por mucho que cuatro gilipollas accedieran a ponerlo así en la Constitución. Un intento de armonizar y calmar a exaltados no legitima lo ilegitimable históricamente contemplado.
Y Aunque pudieran ser considerados una nación, como la Nación India, la Nación Gitana o la Nación Judía, eso no les confiere ningún derecho sobre un territorio, por mucho que lo ocupen mayoritariamente. Yo soy de Murcia, pero Murcia no es mía.
A estas alturas del S.XXI, sobre todo los nacionalistas, que son gentes que han estudiado a fondo estos temas, no son más que hipócritas que quieren robarme un trozo de territorio que todos los españoles disfrutamos en "USUFRUCTO". Si revisan las condiciones de "Estatidad" que he puesto arriba, verán porqué insisten tanto en lo de la Hacienda Pública, su Sanidad, su Ejército y su Territorio… Sólo que no tienen ningún Territorio, no son una nación y el único "Hecho ¨Diferencial" que tienen es el de ser unos hipócritas que malversan los caudales públicos puestos a su disposición por el Estado Nación España y sus ciudadanos españoles residentes en Cataluña, para gestionar las necesidades de estos españoles que residen en su territorio (Catalanes españoles o de otros territorios del Estado Nación que es España) y que sin embargo se lo están gastando en sus objetivos particulares de ingeniería social. ¡ESO, SEÑORES, CREANME, ES UN DELITO! Y la Audiencia Provincial de Cataluña ya aceptó una Querella interpuesta por UPYD en ese sentido cuando el simulacro de referendo de setiembre de 2015.
Así que espabilen ustedes y déjense ya de tonterías, que me tienen hasta las gónadas.
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Comentarios recientes
30.10 | 09:14
Magnífico relato.
05.10 | 04:27
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Hace mucho tiempo que dejé de ser demócrata ¡Nadie hoy día tiene ni puñetera idea de lo que es la democracia, en qué se fundamenta y cuáles deberían ser las reglas para que la democracia fuera aceptable!
En la democracia helena las reglas no eran las de ahora y extrapolarlas nos lleva a un “totum revolutum” disparatado y a unos sistemas que llamamos democráticos pero que nada tienen que ver con la idea original.
La justificación filosófica de la Democracia nos la daba Sócrates, quien sostenía que BIEN es igual a VERDAD, mientras que MAL es igual a IGNORANCIA. Que buscamos la felicidad con la esperanza de llenar un vacío que no comprendemos y que el ignorante intenta llenarlo con satisfacciones efímeras y pasionales que sólo se consiguen en lucha contra otros, lo que acaba propiciando que surja el MAL...(¡No existe satisfacción más pasional que la sensación de ostentar el poder del sillón…!)
Sin embargo, la VERDAD es única y la misma para todos, sólo alcanzable con el razonamiento lógico y la comprensión de lo que nos rodea, y quienes logran alcanzarla son igualesentre sí”; de donde deducía que "sólo somos libres entre IGUALES" y concluía que no podía haber una clase gobernante, pues deberían gobernar todos los iguales por igual.
Esos"iguales", sin embargo, no son todos los ciudadanos, porque la igualdad a la que se refería Sócrates no es la igualdad para elegir o ser elegidos, sino a la igualdad en la sabiduría, por lo que solamente aquellos capaces de comprender con lógica aquello que nos rodea tendrían legitimidad para votar.
En la Democracia Griega, no votaban todos los ciudadanos, sino solamente aquellos que se ganaban ese derecho con sus intervenciones en el ágora y aun así Platón advertía que solamente se alcanzaría un gobierno justo cuando el gobernante fuese filósofo, es decir, alguien por encima de la media que votaba en el ágora. ¡Es la utopía de las sociedades justas, gobernadas por reyes filósofos, (O cuando los filósofos fueran elegidos reyes)!
Esa forma de gobierno se llama “Politeia” y tanto Sócrates, como luego Platón, Aristóteles y más tarde Polibio, denominaban la Democracia como “Oclocracia”, que literalmente significa Gobierno de la Muchedumbre Inculta. ¡Mientras la politeia se basaba en el gobierno de los más sabios, la democracia era el gobierno mediante decisiones de una turba ignorante!
Platón describió la Politeia en una obra que desgranaba esa idea de gobierno de filósofos y cuando los romanos la tradujeron al latín, como quiera que trataba de una forma de gobernar…, de gestionar lo público, tradujeron el título como “Res Pública” (La cosa pública); siendo ahí donde nació el nombre de su famosa obra “La República”, en la que aparecen el famoso “Mito de la caverna” o el “Mito del Superhombre” (mucho antes del superhombre de Nietzsche).
Los griegos, como buenos matemáticos, herederos de los sumerios, sabían que todo cuanto se decide por mayoría se rige por las leyes de la media aritmética. Las mayorías no eligen lo mejor, sino lo que la media cree que es mejor y la media, por propia definición, es “mediocre”. Luego, elegirán matemáticamente una solución mediocre; nunca la mejor solución, cuyo vislumbramiento solamente alcanzarán los sabios. (Sabio = BIEN, mientras Mediocridad = MAL).
El Pueblo suele ser una muchedumbre formada por individuos que, aisladamente, pueden ser listos o torpes, tontos de remate, medio listos o listos del todo, pero que en masa no son más que una multitud reaccionaria y falta de preparación, cuyas emociones siempre predominarán sobre la razón. Y bajo el principio de que la mayoría es mediocre, mientras que una persona, individualmente puede ser inteligente, a un individuo inteligente y demagogo le basta con seducir a la masa electoral mediocre con promesas incumplibles y argumentos faltos de toda lógica, apelando a los prejuicios y las pasiones, hasta conseguir formar una mayoría electoral injusta e irracional que entrega su voto a políticos indecentes y sin escrúpulos que parasitan la sociedad.
Johann Christoph Friedrich Schiller decía que los votos no deberían contarse, sino que deberían pesarse en función de la formación e inteligencia de los que votaban y que era sabido que la inteligencia siempre había sido cosa de pocos. En España es aún peor pues, como decía MACHADO, de cada diez cabezas, una piensa y nueve envisten. Así que me niego a ser muchedumbre inculta. Me niego a conformarme y ser cómplice de una estafa tan descomunal. Me niego a ser Rebaño.
¡Ah, y otra cosa antigua...de Sócrates...! "Justicia es dar a cada uno lo suyo". ¡Dar a todos lo mismo no sólo No es Justicia, sino que, además, tampoco es justo! ¿Se imaginan que en un instituto dieran a todos los alumnos la misma nota, independientemente del esfuerzo que realizaran para aprender...? ¿Que la nota media de la clase fuera de 6 y le pusieran esa nota a los que suspendan con un 2 y a los que aprobaron con un 9? Entonces..., ¿Por qué están convencidos de que en nuestra sociedad, lo justo es que quien no se esfuerza se aproveche de quien sí lo hace?
Por supuesto que respeto las leyes de la sociedad en la que vivo, pero no me pidan que haga míos sus dogmas, porque están basados en mentiras, errores y analfabetismo político y sociológico, en el desconocimiento de la Historia y de lo que significa la VERDAD y su importancia en el factor IGUALDAD, Igualdad para elegir e igualdad para ser elegido; para ser iguales ante la Ley, pero, sobre todo, la incapacidad de la mayoría para distinguir entre "Iguales" e "Igualdad ante la Ley".
En definitiva, son muchas las razones para decir que...¡HACE MUCHO QUE DEJÉ DE SER DEMÓCRATA!